Experiencias

Calle de Mar

ruta al centre

LA CALLE DE MAR

EL NUEVO ENSANCHE 

Un camino que hace 500 años unía la tierra y el mar, se transformaba, poco a poco, en el paseo de Pineda.

Hasta el 1900, sólo los extremos de esta calle dónde os encontráis estaban urbanizados. La parte central que aún estaba destinada a campos de cultivo, se llamaba la zona “sota vila”.  Los cambios que estaba viviendo Pineda ante el crecimiento de la población chocaban con un urbanismo incipiente incapaz de absorber la demanda de vivienda.

La llegada del tren a Pineda el año 1859 aceleró y facilitó el inicio del fenómeno del veraneo. En este contexto se  construyeron viviendas como las que veis en este tramo de calle. Dos buenos ejemplos son las casas numero 46 y 52, correspondientes a cal Comandant (1901) y can Ribera (1902).

Representan una arquitectura de estilo novecentista, con decoraciones simétricas y austeras a la vez. Son casas de planta baja y piso, con un pequeña entrada o patio delantero, ideal per tomar el aire fresco por las tardes, y gozar de las vistas del paseo.

 

TOTEMS v4 TODOS
Calle de 800 metros que comunica la Plaza Cataluña con el mar. Fue abierto en 1499 por los vizcondes de Cabrera, para favorecer el paso de vecinos y de mercancías por vía marítima.
El objetivo de la apertura de la calle era la de facilitar las operaciones económicas, especialmente el intercambio de grano y ganado, ya que a pesar de la piratería, el transporte marítimo era mucho más rápido y seguro que no el terrestre. Antes de la apertura de la Calle del Mar, los productos se recibían mayoritariamente en la playa, pero sólo se podía llegar mediante riales y zanjas, caminos no adecuados, ya que entre el núcleo de Pineda y el mar no había ninguna vía de comunicación habilitada.
El 6 de julio de 1499 los vizcondes de Cabrera -Frederic Enríquez y Anna de Cabrera- compraron a Antoni Torroella (mercader), Juan Cánovas (propietario de Mas Cánovas), Joan Serra del Plan, una franja de tierra con una anchura de 16 palmos en toda la longitud que va desde el Camino Real a la playa. Por estas parcelas  los vizcondes pagaron 27 libras en moneda barcelonesa ante Bernat Torroella, en la notaría de Montpalau. Reconstruyeron y habilitaron el camino, y tres días más tarde lo vendieron por el mismo precio a la Universidad de Pineda, que era el precedente del actual ayuntamiento.
Se estableció una normativa de uso para el tránsito de las mercancías y las personas. En concreto, se estableció el pago de una tasa: “las personas de la Pobla de Calella, el valle de Capaspre y el valle de Santa Susanna, que no han satisfecho, pagado ni contribuido a la talla para repartir el precio de este camino ”
A pesar del uso del camino hasta prácticamente el siglo XVIII, no se edificó nada en la Calle de Mar debido a la piratería. Una vez desapareció el peligro, se estableció el barrio de pescadores en el principio de la calle, conocido como Raval de Mar.
Hasta el siglo XIX sólo los extremos de la calle estaban urbanizados y la parte del centro estaba destinada a campos de cultivo, los campos “bajo villa”.
Esta parte de la Calle de Mar, llamada Raval de Mar, se urbanizó a partir de mediados del siglo XVIII, una vez los piratas ya habían dejado de representar un peligro para los residentes, a pesar de que el camino era utilizado continuamente para transportar mercancías.
Los pescadores construyeron las llamadas “casas-cocina”, unas viviendas de dimensiones reducidas muy cerca de la playa, donde trabajaban.
Tenían una cocina en la planta baja, habitación en el primer piso y dos patios, uno en la parte trasera y el otro en la parte delantera. El patio delantero hacía posible ampliar la casa-cocina hasta la línea de la calle, si la situación económica lo permitía. En el patio de atrás estaba el huerto y era el lugar donde se arreglaban las redes.
Hasta el siglo XX el Raval de Mar estuvo separado del núcleo de Pineda. La parte central de la calle no estaba urbanizada, estaban los huertos de abajo villa.
El cambio se iniciará con la llegada del ferrocarril en el pueblo y con la consecuente llegada de viajeros procedentes sobre todo de Barcelona, ​​para una finalidad desconocida hasta entonces, como era el veraneo. La línea Arenys-Tordera inauguró en 1859, incluía una parada en Pineda de Mar.
Familias adineradas de Barcelona empezaron a llegar al pueblo y contribuir al crecimiento de la ciudad. Entre los años 1890 y 1930 se empiezan a construir casas de veraneo a lo largo de la Calle de Mar, que quedará completamente edificado, en los años 70 del siglo XX. En 1950 se urbanizó el tramo de Calle de Mar, entre las calles Condal y Progreso, ya los 60 se construyeron bloques de pisos, completando toda la calle.